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Una Antigalería

Es una antigalería por que además de exponer obras de arte que hacen uso de los nuevos medios, expone también dibujos, pinturas y esculturas, formas de expresión que han sido excluidas casi por completo de las exposiciones de arte contemporáneo. Las obras de lo que llamamos arte contemporáneo son en su mayoría conceptuales por que es el concepto lo que las condiciona como arte, sin ese concepto y su prédica no serían más que banales objetos sin vida. El Alacrán aún cree en el objeto, cree que la obra de arte debe tener una vida por si misma, independiente de su autor. Es lo que la hace recrearse en el observador, lo que la hace infinita y atemporal, siempre sujeta a una nueva interpretación y a producir una emoción diferente cada vez que se le mira. Ese es el efecto que debe producir un objeto de arte, el estar sujetado a un discurso lo limita. Nosotros exponemos objetos, obras de arte.
Es una antigalería por que no tiene curadores, hoy en día en muchas galerías el artista y su obra son lo de menos, el que se lleva los aplausos es el curador que impone el tema, edita y arma su collage de obras “decorando” su intención. Eso en la mayoría de las ocasiones en vez de invitar al observador a crear a partir de la obra, limita su experiencia estética. Aquí preferiríamos, en tal caso, tener en vez de curadores, curanderos. Curanderos que ojalá nos libren de formas de expresión que nacen de artistas educados bajo el dogma de que el único requisito para ser artista es no saber hacer arte pero eso si tener un discurso que sustente la calidad de su objeto “intervenido”, “eyaculado”, “encontrado en el transmilenio”, “robado a su tía abuela” , “ungido por el Papa o el Pibe Valderrama” para enumerar tan sólo algunos de los títulos que se puede uno encontrar en ciertas exhibiciones. Con esto no queremos decir que este espacio le vaya a cerrar puertas a expresiones como el video arte, el performance, la instalación o cualquier técnica que haga uso de los medios visuales y sonoros actuales, muy por el contrario este espacio cree firmemente en que el uso de la tecnología es esencial en la evolución del arte y la búsqueda de nuevos lenguajes. El Alacrán ha dedicado una sala entera para la exhibición de arte de los nuevos medios, nuestra filosofía es de inclusión, no excluimos a las nuevas tecnologías, simplemente queremos rescatar un poco a la pintura y la escultura del abandono al que se han visto sometidas durante las últimas décadas. Un rescate del objeto de arte en si, en una época en que la gran mayoría de exhibiciones no deberían llamarse exhibiciones de arte sino exhibiciones de conceptos. El concepto es válido en si mismo por que pretende alterar la naturaleza de un objeto convirtiéndolo en lo que curadores, teóricos y marchands llaman arte, pero este concepto no produce ninguna experiencia estética, no libera la carga mágica que desata emociones que como diría Schönberg “se adentran en los estados de lo secreto, del misterio y del absoluto”. Entheos, la locura divina, el móvil de toda creación. Son, por el contrario, simples exposiciones de teorías justificatorias que convierten cualquier cosa en arte y muchos de sus ejecutores además de filósofos y teóricos, son ante todo abogados del reciclaje y la basura que encuentran o mandan construir.

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