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Giros de Valor para Apreciar el Arte en la Contemporaneidad


 

 

Por Luz Ángela Caldas


 

 

 

"Si en la Antigüedad clásica era el arte un hecho, en el Renacimiento una visión, en la Modernidad una textura, quizás hoy se pueda decir que el arte es un proyecto en permanente edición y por tanto no termina, es un acontecer abierto a toda producción y en consecuencia, a toda interpretación". Armando Silva.

 

 

 

Consideraciones


Aunque el sistema de mercados hoy estimula la singularización del mundo (Lipovetsky), desde la primitiva ornamentación del cuerpo la antropología ha observado cómo todos queremos evidenciar que somos seres singulares. Podría obedecer a que somos la única especie en la que los individuos tienen conciencia de esa circunstancia o contra-vocación de pertenencia.


El arte se somete al tiempo y, como la danza, a una especie de arquitectura del movimiento y pensamiento en sí, hipersensible a las tensiones y cada vez más, a la incertidumbre. Ahora libre para presentarse en cualquiera o en ningún escenario (o crearlo como en los juegos virtuales, a su acomodo), el concepto de ritmo -condicionante vital, como las secuencias- y el resumen progresivo de los discursos desde la presentación de una obra, imponen cadencias, aires y términos. La llamada postmodernidad en cabeza de sus pensadores y críticos, des-configura parámetros de interpretación sostenidos a través de cambios puntuales, y somete la obra artística a la obsolescencia comercial y de la moda. El neo-barroco americano (y el mal llamado realismo mágico) propician sincretismos como el Canibalismo brasileño, que tiene lugar antes de convertirnos en aldea global, donde la influencia de los medios de comunicación en el ascenso del propio mercado como artista, "lleva a conceptos extremos, retratando una estética del préstamo y el hurto del creador, como el del gran falsificador" (AS).


Cada época marca tendencias, produciendo lenguajes, y elige medios de expresión. Artistas en géneros diversos establecen en Europa y también aquí parámetros de los que no podemos desconectarnos. Si el Barroco inspira instrumentos para la observación y el descubrimiento del mundo, a su vez es capaz de incorporar de los territorios conquistados aires musicales como la chacona peruana que inspira a Bach su obra homónima. Y retomando, explícito, el concepto de "disonancia" de entonces, se mueven y transforman conceptos -no solo musicales- hasta llegar a Schöemberg. El Modernismo viajó a América y de manera "tardía" produjo un eco local, especie de síntesis de épocas o periodos estéticos, porque el colonizador no quiere aceptar la tradición de los pueblos sometidos, que llama "conquistados", giro neuro-lingüístico de negación de la destrucción de que los hizo víctimas. La caída de los grandes relatos anunciada por la posmodernidad se produjo después que la novela mostrara los sueños de la burguesía, con su miseria y grandeza (Kafka, los grandes narradores soviéticos y franceses).


Arte comercial ya no sólo aparece en galerías y espacios oficiales o completando productos baladíes: establece su oferta desde la Fábrica de Warhol a casos como el de Bansky, que "deja de ser anónimo y en espacio público sin valor de producción, para convertirse en proyecto de gran inversión financiera con nombre propio en área privada: un nuevo Disneylandia" (Andrés Posada). Lo que no niega que sea más arte ahora, desde los parámetros de la contemporaneidad, de otra manera revolucionario, y a diferencia de museos subsidiados por el estado, al crear bajo el concepto de sostenibilidad.


Proponiéndose como diálogo consigo mismo o con su historia, espacio de reflexión y revolte, en una cierta proyección temporal, el arte es cada vez más "actualidad". Producto efímero, se expresa en hipertexto (o como lectura) elusivo en tanto que tendencia. Manifestación activa, insiste en mantenerse "inédito". Si a la vida cotidiana en todos sus aspectos, del pensamiento hasta la ciencia con la ética (que se replantea igual de manera dramática) los afecta la moda como dinámica de obsolescencia impuesta por los media, al arte también. Hace tiempo terminó su (poética) aspiración de darse puro, lo que se afecta en razón de que estamos dejando de ser animalitos vivos, para convertirnos en máquina. El arte se hace cada vez más sutil y sus medios más virtuales, como quizás lleguemos a serlo sus primeros creadores, integrados a una base de datos.


 


 

 

GIROS


¿Originalidad?


Al arte le es cada vez más difícil pretender algo nuevo: su posibilidad comunicativa y de construcción se interesa en recoger una tradición, homenajear artistas y temas o ponerlos a recircular. Producciones seriadas (de la gráfica, fotografía, escultura) con nuevos medios de producción industrial, y la música -de los géneros más sometidos a esta condición, pues hasta después del Barroco se empieza a escribir sistemáticamente: por ejemplo Bach prefería retomar la estructura básica de una de sus obras y hacer aportes en cada interpretación. Una de las tendencias actuales es precisamente el "re-mix", repetición de elementos, secuencias y ritmos, no solo musicales. Así las intervenciones   de   Duchamp   a la Monalisa, 

la obra de Warhol en sus imágenes de Marilyn, la superproducción de copias de Dalí. Y los íconos de la historia que el arte retoma y no se apartan de los grandes mitos de la humanidad, sucesivamente lleva a que los derechos de autor se ajusten, promoviendo un gran debate que diferencia intereses de géneros y posiciones, de la oficialidad y los mercados. Y para el espacio generoso y de riesgo de los media de punta, este concepto es una bomba de tiempo, cuando el sistema reconoce como magno valor el de los "contenidos". Mientras las marcas y patentes luchan por sostenerse, lo que publica la Web se expone a ser del mundo. La propiedad sobre una obra de arte (que debe constar por escritura pública, continúa como patrimonio de la humanidad y lo que de ella se adquiere es la responsabilidad de preservarla, mientras el autor no decida alguna modificación). Y los derechos de autor se debaten entre la rapiña y el reconocimiento: no se puede subir imagen sin referencia a las redes, pero FB anunció que los contenidos a los que le hemos dado acceso están a su disposición...! ¿Quién es el dueño o responsable: el autor, la sociedad, el Estado? Eso nos llevaría al tema de los espacios urbanos, e incluso a responsabilizar -también- al arte de productos como los del "gran falsificador" que adelanta la acción contra las Torres Gemelas.

 

 

¿Trascendencia?


 

Desde sus primeras manifestaciones estéticas, el hombre ha dejado una marca de su paso por el mundo que el espíritu humano tiende a proyectar a un más allá, telos. Si bien no habrá sino una Venus de Milos en Grecia, cada cultura en su tiempo propone su modelo de mujer, de fertilidad (la faraona egipcia Hatshepsut, la deidad hitita, Afrodita, Isis, Juno, María), para una tribu etíope la más bella con el labio inferior deformado por un plato metálico. En pos de esa aspiración los artistas trabajaban con mármoles y bronces, preparaban lienzos y pinturas perdurables (en recetas que incluían piedras y metales preciosos). Desarrollando tecnologías para mejorar y garantizar la calidad (lentes de Flandes, colográfica de Goya), sofisticada producción de instrumentos musicales. Las grandes civilizaciones de la historia hasta finales del Medioevo, querían garantizar no solo la vigencia de sus "postulados", la física permanencia de las obras. El historiador Arnold Toymbee afirmó que uno de los síntomas de decadencia de las culturas es la megalomanía (Coloso de Rodas, mega-construcciones modernistas y actuales), que desplaza el interés al tamaño de las obras. Mas, a partir del Renacimiento, y sobre todo en la Modernidad, los ritmos impuestos por los mercados y los conceptos de cambio influyen toda la producción humana (como explican artistas y filósofos: Wilde, Althusser, Marshal Berman, Lipovetsky...) sometiendo las obras de arte -con las prácticas sociales- a una elaboración cada vez más vertiginosa. La moda se desplaza a los escenarios actuales relevando a las apariencias y a lo que se creyó sublime, con el regalo paradójico de suprimir el concepto de "sospecha", como si dijera: "¡Es todo lo que hay!" Filosófica o psicoanalíticamente una confrontación con lo posible, o con nuestros límites. En un mundo líquido, avocado a la desaparición, salen de circulación usos, costumbres y noticias, con otrora certezas de la ciencia. La pérdida de los ideales o absolutos (clásicos, humanistas, de la razón), condiciona al producto humano a cambiar después del consumo -y a su creador a convertirse en objeto del mismo-. La aspiración a la eudaimonía que se quiso ajustar a una esencia del hombre y retomaron los Derechos Humanos, se pierde paulatinamente, con la permanencia de las obras y el arte, acorde a fugas de aspiración y vigencia.

¿Lugar?


 

"Los lugares también se desplazan" LÁC, "se pierden y se vuelven sitios; hoy en el mundo digital, no nos situamos en un lugar antropológico" AS. ¿Desde dónde se enuncia una obra y dónde aparece para operar? Lo que hoy vemos como arte, se produjo inicialmente en cavernas (antros) de la actual Capadocia o nuestra Ciudad Perdida, que guarecían al ántropos (o habitante de las mismas) quien construye herramientas de trabajo, enseres, vestido, vivienda. Y traza ciudades, recorridos acordes con actividades locales o de época. De donde lo que leemos como obra (testimonio, manifestación) estética, comenzó con un desplazamiento físico de nuestra África original en lo que hoy es entendido como "deriva". Los decursos permiten arrepentirse (y como propuso a los Derechos Humanos Salvador de Madarriaga,"...huir"), haciéndose cada vez más complejos y amplios. De obras comunitarias o géneros creativos interdisciplinarios, al diseño de una nación (Uruguay, Islandia). El sentido artístico ha llegado a formar parte de una serie de intenciones   y     realidades: de   la     propia    sensibi-

lidad    y     consciencia   del    autor        ubicado     en 

una posición frente al mundo, en manifestaciones y tácticas de conglomerados para validar o apropiarse de un espacio. Filósofos y semiólogos, sociólogos, antropólogos, desentrañan estos gestos e "inscripciones" en su amplia significación. La oficialidad impone sus versiones de realidad, determina territorios y escribe la historia: la cima de la civilización humana en Alemania perpetró el magno horror y despropósito ontológico, estético, científico. Y, desarraigada de la faz de la tierra, Yugoslavia, la nación por excelencia de poetas, tiene su territorio en la nostalgia. Desde el establecimiento de archivos como el de Indias, sólo hasta hace poco visitable por especialistas, el poder de turno se empodera físicamente y sobre conceptos de identidad. Los museos creados para albergar, preservar y mostrar el patrimonio artístico de la humanidad, hoy son lugares cuestionados, concepto al que aportó Duchamp llevando un mueble de porcelana sanitaria industrial a una sala de exhibición para la plástica. De hecho, su obra se refiere precisamente a esta des-coordinación "espacio-conceptual". Subir una obra de arte en un pedestal es también una práctica superada desde que otro artista construyó uno para el globo terráqueo. En la Hiper-modernidad de masas, ya no se producen las obras en el taller (lugar) del artista sino más bien en el mar, en medio de una labor de pesca, estableciendo territorialidad por medio de las velas hechas de lienzos de un pintor (Camilo Calderón), mientras jarrones Güéguerrer del Pacífico colombiano, irrompibles recipientes de agua en fibra selvática, se decoran con la narración cosmogónica del pueblo que las produjo con anterioridad a la escritura. Espacios públicos que grupos conquistan contra los establecidos, acciones estéticas y/o políticas, plantean interesantes discusiones entre lo privado y lo público, afirmando en general un solo espacio: el urbano. (AS y GL).


 

¿Género?


 

Gracias al respeto que se ganó y exige la diferencia, hemos comprendido que los géneros no se dan puros, en el arte tampoco. Un director de Instituto científico puede aparecer como "guarra ochentera" casado y con hijos, en una armoniosa familia; la neurociencia puede unirse a la música para develar enfermedades o producir calma; un proyecto de recuperación de memoria puede ser estético sin dejar de lado su función social, divorciado del fundamentalismo partidista. Los creoles continúan mezclando vocablos, como el del portugués de Brasil que es el más rico. El mismo Capitalismo, como sistema político y económico basado en la producción de bienes de consumo puede, feminizado, enamorarse del arte como dice Lipovetsky.Y en medio de la "realidad paradojal hipermoderna no tenemos por qué sentirnos raros o desdibujados porque nos diseñen entre la genética, la industria farmacéutica, las cirugías cosméticas y el azar. Por el contrario, podría ganar nuestra forma. A partir de la Modernidad, una obra de teatro de Lorca pudo resaltar las virtudes del texto poético, al incluir su composición musical y ubicarse dentro del concepto de errancia. Textos de Cortázar pueden "dejarse penetrar", no categorizar, abrirse, aparecer "líquidos", expresando emoción, como se supone que lo hacen las hembras. La filosofía -espacio para las preguntas y ciencia de la totalidad- habilita a intelectuales francesas, norteamericanas, inglesas, llevando a que desde los suicidios del Grupo de Frankfurt, una nueva generación de pensadores, no sólo alemanes, se interesare en el nuevo concepto de Género. La obra de la poeta Anaïs Nïn desarrolló un lenguaje erótico femenino en lengua inglesa; Simone de Beauvoir y las rebeldes de mayo del ´68 parisino, plantearon nuevas propuestas al pensamiento prevalente como la inclusión de sentimientos -no solo para la sexualidad- lo que apareció desordenado al proyecto de la razón, ya confrontado en la 2ª Guerra Mundial, fresco aporte completado por François Collin, Hèlène Cisoux y los demás posmodernos. A esta tendencia  se le suman las producciones inter-disciplinarias como el cine, el teatro, los conciertos, los Fluxus y performances que derivan del acercamiento a disciplinas y prácticas estéticas de Oriente, muchas de las cuales se presentan en vivo. El DJ, con las instalaciones, recitales y proyectos en tal diversidad como la imaginación lo permite. La "técnica mixta" es un simple ejemplo de ese ejercicio en la plástica. Pero también las maneras y espacios implican el carácter de las nuevas acciones. Canti-cuentos,"piro-poemas" que se envasan en frascos de mermelada (de Chema Paz Gago), semiótica de la moda, escultura comestible, graffitis que escapan de los muros urbanos a esa nueva ciudad virtual que es la Web donde en los juegos de video la realidad la construye uno mismo y escoge su personaje e historias. Como lo vemos en esta diversa América y en Colombia, acorde con La ley del género derridiana.

¿Fijación?


La obra de arte en desarrollo transita una serie de instancias y pasos, a través de los cuales se transforma guiada por su "intención" determinante. Así como en el Romanticismo se esperaba del artista la sublime producción, el enunciado completo y superior inalcanzable para el resto de los mortales, a medida que el tiempo ocurre los humanos dedicados al arte (ahora se sospecha de la posibilidad de las aves canoras, delfines y ballenas, con la de las máquinas, de realizar este producto) se acompañan de equipos y técnica e inter-actúan de manera amplia. Con el cine, contribución en equipo por excelencia, las hoy llamadas "artes del espectáculo", exigen de su creador virtudes de líder, programador y gestor cultural. Hasta llegar un punto en el que la obra se debe "fijar", o darse por terminada. Mas esta, en la contemporaneidad, parece no querer hacerlo, "no sentir vocación de cadáver" (LÁC). Escapa a su mediatización, se transfigura a sí misma, se niega o destruye. Definiéndose de manera autocrítica, retrocede, se defiende e inyecta para resucitar, sabia enemiga o se la hace comer a la banalidad, develando su farsa. La obra es quizá lo más "zombie", lo más sobreviviente, así se diga que ya no la crea el artista sino el capitalismo, que no se rige, sino que la rige el mercado, mas no ha muerto el último artista para desmentirlo. Actualmente éste merodea, se da vuelta y renuncia a parte del cuerpo de su obra. A contratiempo, respeta sus (siempre arbitrarios) procesos internos de gestación, golpeando -aún sin quererlo- a la sociedad y al sistema. Acorde con el presente, mantiene una realización insinuante, comunicativa y de otra manera generosa. Filósofos y críticos como Derrida, Foucault... han definido el hipertexto, la vocación de continuidad (en una "era de lo efímero"), lo cual habría que estudiar con atención. Como si se dijera: "En esta sociedad consumista donde la mayoría quiere apurar (el producto, el placer) o "apaga y vámonos", alguien o algo -desacelerante- se resiste, marcando una tendencia o develando una vez más con su actitud una incertidumbre. No solo en los textos literarios y performances: Herzog en Invencibles repite un plano que descontextualiza, separándolo de la historia para recuperar el dominio sobre su obra y la fija de otra intencionada forma. Posición crítica, firme, distancia del objeto racional del público. Comprometidas en procesos de largo aliento como cajas chinas de una instalación un documental, de estos a otra escritura de proyecto, de allí a una residencia en la que se investiga inter-disciplinariamente, implican esa tóxica demora: ¿no "quererse venir" resistencia erótica sin precedentes al paroxismo que pretende mantener la sociedad de mercados hiper-hedonista conteniendo el punto final?


 

¿Imagen?


 

Desde las cavernas en la Antigüedad con intervención de antorchas en movimiento que enfocan magnificando una imagen, la distorsionan o ponen en movimiento, se intentó entender, proporcionar, resumir el cuerpo humano con el entorno, las formas de la naturaleza, los animales. Y a medida que el arte supera los espacios interiores a los que se circunscribió hasta el Barroco, abandona la rigidez meditativa de los íconos y se expande a las crónicas del Nuevo Mundo que el Renacimiento devela y provoca a experimentar. Los sentidos se afirman como herramientas de conocimiento, e impulsado por la filosofía Cartesiana, Occidente desarrolla aparatos que develan planetas remotos, y se adueña de una mirada cada vez cierta del mundo, que libera al arte de su "misión de ilustrar". Este pierde interés en lo obvio o literal -lo figurativo- en tanto que fidelidad a las formas: La Poesía Maldita inaugura una Modernidad estética con Une charogne de Baudelaire, desplazando el interés de lo que se ve, escucha o aparece, en crudas formas. Rodin y Giacometti esculpen cuerpos deformes y pieles bultosas, dirigiendo su oficio a situaciones, estados, movimiento. La figura renuncia a sus bordes delineados expandiéndose en manchas hacia la pintura. Descompone la luz en puntos y presenta nuevas texturas. La obra de Braque rebasa la segunda dimensión, móviles de Calder suspenden su cambiante fragilidad. Independientes o referidas desde un entorno social, las obras producen otras obras, proporciones y texturas mutantes, posiciones y sugerencias al público. Fantasía de vestidos y costumbres de un siglo en formatos en otro para otro concepto o "utilidad": afiches de Toulouse-Lautrec a propaganda comunista. De puntos y manchas a esquizofrénicas versiones hasta la inclusión del cuerpo del artista: Yoko Ono arriesga el suyo en performances donde alguien lo puede intervenir con una navaja, o el artista que afirma haber enlatado sus excrementos los protege de nuestra mirada. La icónica lata de sopa Campbell pasa a incomible abstracción; Orlane quirúrgicamente se implanta cuernitos. Integridad del artista sometida a riesgo, nuevo efecto de la desmaterialización obsolescente e impuesta, derrite lo corpóreo e incorpóreo (imagen en el espejo e imagen real), al punto de acceder por medios virtuales a nuevas formas de erotismo y sexualidad. Cada vez más autónoma, la imagen se transfigura y recompone o desaparece, y en sus distintos estados exige ser reconocida. Inter-activa, pluri-sensorial, entre los elementos y la técnica, trueca percepción, interpela el espacio y se mezcla. De la fotografía y el cine al 3D y la composición multifocal, raxos x, holografía, la presentan nuevos medios: el ultrasonido muestra interiores ignotos; a partir de componentes químicos o físicos, es detectada a distancia; tras el microscopio descubriendo invisibles, la ciencia le permite liberarse en metáfora, ensoñación. Personajes imaginarios se transmutan ante el espectador (cine japonés), exigiéndole reconocer su identidad. Y hoy líquida o etérea viaja entre medios. Pierde y gana intencionada o fortuita, dinamizada, afecta su factura. El "gif" foto-móvil, no se agota en el formato micro-video: en segundos resume el rostro de la mujer a lo largo de la historia. De la mitología que permite al psicoanálisis resumir nuestros conflictos inconscientes, a los grandes relatos cuyo papel termina en la era Moderna. La fotografía y el cine con su imagen estelar, nos regalan no sueños y futuro. Hay demasiadas imágenes, luego no producirlas implica una posición subversiva de imagen actual: "¿Las suprimo o muestro las porno? "¡Mejor las llevo a limite!" Lars Von Trier, descontextualizando ese postulado. Científico-estéticas de Da Vinci o Julio Verne, tradición literaria en escritores como Huxley, Georges Orwels y artistas como Welles, no pueden mantenerse estáticas ni son literales, y su vitalidad amerita un especializado.


¿Medios?


Como los materiales, y conceptos de figuración y representación, han cambiado los medios (al punto que unos reemplazan a otros) mismos que representan peligro para el arte, aunque hoy como nunca lo difunden. En razón de su diversidad e interacción determinan campos genéricos y crean lenguajes. Cobran nueva significación y se expanden. De los gestos de la escritura (en sociedades del antiguo Oriente) hasta los procesos de elaboración de la imprenta y las artes gráficas, con la formación en las exigentes disciplinas de la danza o la música, se pasa a la "producción" e intervención por distintas técnicas, de las obras de arte contemporáneas. Una "estrella" es el producto de la manipulación desde efectos visuales y sonoros, con el stage, sobre la moda y la cirugía cosmética, mas la re-masterización de los procesos que ya se han servido del 3D, por ejemplo. Presentaciones acompañadas de personajes inexistentes en escena, conciertos en los que una holografía de Edith Piaff departe con un intérprete vivo, o la realización técnica de un viaje a otra dimensión, en que el personaje aparece en lugares imposibles. Lanzadas por Internet a las redes a medida que se producen (Caída, Filbo Btá. 2013) las obras se amplían a masas de público que participan de ellas, aportándoles. Así como el sistema se sirve de la tecnología para convencer y ganar adeptos, desvirtuando la dolorosa o injusta realidad (manipulación de archivos fílmicos como los de Vietnam), contamos con archivos icónicos de la historia del cine y la fotografía, entrevistas multimedia: Welles anunciando por radio la invasión marciana, María Callas y Carusso, documentales sobre la vida y obra de grandes creadores. Disfrutamos y podemos estudiar obras desde inicios del cine de Lumière o Vigo, conocer a actores (Marilyn, toda ella producción mediática desde su decolorado vello púbico). Lo que se conserva está en las "nubes". Sin omitir las afirmaciones de Mcluhan, El medio es el mensaje, ni las de Marcuse sobre estos y la comunicación. Mientras se "vulgariza" un evento u obra, y lo someten a la guillotina de la caducidad, acercan a los seres humanos a realidades distantes tanto a exteriores, como a la proximidad de un pet o tac. También implican mediatización las operaciones del arte, las transcripciones y bastardización genérica (de ópera a novelón, de allí a saga, de esta a teatralización, etc). Poner en avión los Kennedy a la Monalisa y presentarla por televisión, según Warhol, desvirtuó el sentido de acudir al museo y la obra se comportó como evento público o social. Así mismo la migración tecnológica entre formatos y procesos científicos: el simple cambio de cámara fotográfica a la del celular. La comunicación y sus opciones (entre las que se siente la desaparición de manuscritos, con la pedagogía gráfica en escuelas y la imposición oficial a formatos para entidades oficiales y de la banca -dinero y títulos "desmaterializados"-), simultaneidad de los tiempos contradiciendo el espacio: Año Nuevo corrido hasta completar su ciclo del punto más distante. Borradas las fronteras "fuera y dentro" (forma y fondo, blanco y negro, bueno y malo), se pierde el interior y quedamos expuestos: digno problema de la poesía a la luz de la actualidad, del pensamiento. La mediatización, esa distancia, parece fantasmal: no solo hay que traducir las emociones desde que perdimos nuestra condición original con la creación del lenguaje, hoy todo mediatizado, "afuera es el adentro" (AS, LÁC).


 

¿Representación?


 

En tanto que el arte "da cuenta de la realidad" o la "copia", gana libertad. En esto incide el cambio de conceptos sobre la realidad y la belleza a lo largo de la historia y la crítica no solo estética, sino de arte. A partir de la invención de la fotografía y el cine, con los archivos sonoros, el interés en reproducir las cosas "como estas se ven," cambia. A posibilidades cada más fieles de registro se suman tecnologías que se internan en microcosmos (mano-tecnológicos, genéticos, neurológicos, químicos, físicos...) El arte se enfoca en señalar por distintos medios, y a través de meta-lenguajes refinados, una realidad que potencia su complejidad: hechos y aspectos que escapan a las disciplinas artísticas tradicionales exigen ser puestos en nuevos contextos. El impresionismo francés, según Wilde nos enseñó a valorar la bruma, el gesto de Rimbaud al abandonar la poesía por el tráfico de armas, desplazó a su público a la interpretación de una acción, en lugar de hacerlo sobre un objeto o pieza. Cambios entre la poesía y la pintura hasta Van Gogh, no se limitaron a las posibilidades de género y lenguajes, ni a repetir la tradición. Se enuncia de manera distinta: los retratos de Francis Bacon, la producción surrealista, nos enfrentan con imágenes cada vez menos "literales". Tensiones y discordancias sociales o políticas, malestares, ajustes de la manera de vernos como humanos. Obras que más allá de su composición y tratamiento centran su interés en lo matérico: Tapies, Polock, en los contrastes y fuerza alusiva que rebasan temas y capacidad expresiva en distintos abordajes, "perspectivas", gramáticas. En el cumplimiento con los contenidos para el mismo, el arte es también campo de debate (propaganda, proselitismo). Metáforas del horror cual la guerra española exigen espacios, dimensiones y colores de furia, silencio, poesía... Guernica de Picasso. Y extremos entre lo real y lo creado, como la experiencia de Dalí al radiografiar el Ángelus de Millet sospechando que bajo el terreno agrícola alisado en la pintura yace el cadáver de un niño, constatan huidizos límites de lo supuesto real. Benjamin, Adorno, Wittgenstein, Eco, repasan conceptos de la estética, la ética unida a esta, y la belleza, en el tiempo. A lo aportan las luces del psicoánalisis, y no solo Freud, y Jung, sino Lacan. Cabe la no obvia y justificada pregunta: ¿Qué es lo que se representa cuando se representa? "Solo puede ser real lo imaginado", recuerdan semiólogos como Canclini. Lo constata la ciencia: el caso de Dalí se repite en la paleografía de textos que supera la memoria del escritor. En música la ruptura de los conceptos de estructura y composición desde Satie, arriba a la dodecafonía de Schönberg y Berg y los parámetros de armonía establecidos desde el Barroco y sometidos apenas a los excesos no formales del Romanticismo, aluden desde otro género a la certera intuición daliana: Cuando Suzanne, la amante de Satie desaparece y él mismo se denuncia por el hecho de que "al impedirle concentrarse, la tuvo que arrojar por la ventana", entendemos que se impone la imaginación: pues la música ya había iniciado un giro dramático, posibilitando el sonido de nuestro tiempo (y Susana jamás apareció).


 

¿Gusto?


 

Como cierre, repasados los anteriores (y aunque además de consideraciones preliminares reservamos para futuras ediciones varios giros), la mayoría estará de acuerdo en que el concepto de "gusto" tiende no solo a ser cultural y de clase, sino local -provinciano- y anacrónico (en la aldea globalizada que habitamos), aunque quiera mantenerse "personal e intransferible". El arte no tiene que "gustar" ni hacerle concesiones a nadie. Por el contrario pretende desacomodar, o sacudir a la sociedad (misma que lo produce). Es en sí un acto de ruptura, una subversión y espacio para la misma. Parte de la descontextualización, y obedece a impulsos existenciales que el artista procesa. No se puede definir un "gusto" sin el conocimiento de la filosofía (la estética que filósofos contemporáneos confunden con la ética) y la historia del arte, como del psicoanálisis, cuando no de una realidad que nos compromete y atañe por igual: la política. Constituirse en "sujeto propio" en capacidad de actuar (después de haberse asumido como "ser para la muerte"), implica un trabajo del que pretenden relevarnos los poderes a los que les sirven nuestro temor, y nos programan para consumir también gustos. Nuestro padre sentenció: "Ahí está el universo, queridos hijos y vosotros, sus testigos, deberéis prepararos para atestiguar su maravilla". Una consciencia autónoma y crítica, es la única verdaderamente libre y en poder de juzgar lo que percibe. Y de tomar en consecuencia medidas para interactuar con la realidad. La calificación del "mal gusto" en la contemporaneidad, obvia una revisión de concepto. Sería superficial despachar con ese juicio, por ejemplo, al (muy refinado) arte "kitch". De hecho la ciencia no califica, estudia. Participar y opinar implica un riesgo, como actuar, crear, o vegetar. Lo triste es que la existencia, como dijo Sartre, es nuestra responsabilidad argumentarla, darle un sentido, un “para sí”, a diferencia de los animales y objetos, que "son en sí ". Y en el intento sería incluso preferible la equivocación o la subversión temporal para reflexionar o informarnos. Pues lo verdaderamente personal e intransferible es la existencia. Entonces, la rancia (descompuesta o maloliente) concepción del "gusto", en una era donde el desarrollo y la moda han arrasado con ese concepto y los informados se burlan de él, no se sostiene. Una de las formas más resumidas de interpretación del mundo y de las más divertidas (interesantes, inspiradoras) es asomarse a una nueva belleza y coherencia, sin olvidar que "No es arte si potencialmente no es un desastre". Lo más cercano a la pasión, lo más erótico, el riesgo delicioso de entender, desde que la aventura más fascinante es la del conocimiento.


 


 

LÁC

Oct 2015

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