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Pombo y Longfellow, la Construcción de Dos Hitos Literarios

                        

 

                       Rafael de Pombo y Rebolledo (Bogotá, 1833 – ibídem, 1912), poeta, crítico, traductor y diplomático (secretario de la legación de la Nueva Granada en Nueva York), también mecenas y soldado entre muchos otros oficios, ¡e ingeniero militar de profesión!, fue sin duda uno de los más fascinantes y prolíficos escritores y periodistas del Romanticismo colombiano. En este artículo me centraré en su faceta de traductor de Henry Wadsworth Longfellow (Portland, EE. UU., 1807 -  Cambridge, EE. UU., 1882); y más específicamente, en su labor apasionada de la traducción minuciosa de "El Salmo de la Vida", de este mismo poeta norteamericano –quien fue un afamado fireplace poet, o poeta del hogar o de las ceilidhs (gaélico-celtas) –, natural de Maine, hispanista y traductor de las Coplas de Jorge Manrique y del Dante, entre otros. Este poema hace parte de su primer volumen poético, "Voces de la Noche" (1839).

                        

                        Pombo realiza varias versiones, me centraré en la primera, de 1864, dedicada a una pareja de recién casados (fuera de esta escritura por encargo, escribía “en el álbum de…” señoritas de gustos y refinamientos típicos de la alta burguesía suramericana de mediados y finales del s XIX). Su labor de escritor de versos con fines pedagógicos es multifuncional: “al tiempo que enseña las letras del alfabeto, sensibiliza al niño con la poesía y es medio de instrucción moral y religiosa”. Aunque podemos catalogar la ideología de Pombo como propia del cosmopolitismo, no exento del pensamiento utópico americanista, cercano al ideario de Bolívar e incluso de otros luchadores independentistas, su familia estuvo cerca al poder y fue legítima heredera de la Ilustración europea y del Despotismo Ilustrado que imperó en América en el s. XVIII y orquestado desde la metrópoli. Luego, en el s. XIX, ascendieron nuevas figuras criollas al poder que consolidaron la nueva élite con tendencias menos conservadoras pero que con el tiempo, derivarían en los mismos viejos vicios plutocráticos de antaño. Al parecer, desde muy niño, Pombo choca con la manía memorística de la enseñanza de su tiempo, cosa que lo ofusca pues él tiende más hacia una pedagogía del entendimiento, tiene rasgos liberales y libertarios desde muy joven, riñe con la sociedad payanesa cerrada y retardataria cuando vive allí y busca el mundo más iluminado (en todo sentido) de Nueva York, opuesto al contrarreformismo retardatario que procuraba exportar España.

 

Un paralelo Pombo-Longfellow es inevitable, más allá de ser hijo y nieto de luchadores y abanderados independentistas, Longfellow es descendiente de colonos ingleses provenientes de Yorkshire, mientras que Pombo, de origen español, tiene una abuela irlandesa azafata de la reina de España. Ambos se constituyen en referentes literarios de sus respectivos países. Pombo ocupa el primer lustro de los 17 años que vivió en Nueva York, representando a la Nueva Granada como secretario de la legación.

 

Rasgos Estilísticos: El Gesto Romántico es Compartido

“Me soñé con Ud. tres veces (en 1880), un sueño perfectamente continuo en tres actos…yo estaba en casa de Ud., hablé con sus hijas en castellano,…(Ud.) me dijo: ‘You look very much like a jeweller’; y en efecto soy amigo de montar en castellano diamantes extranjeros” (Englekirk, 1954).

 

                        El arte del clasicismo expresa solo lo finito, parafraseando a Heine, mientras que el Romanticismo, en contraposición al anterior, representa y tipifica lo infinito y lo espiritual y por ende, debe ser expresado simbólicamente. “El arte Romántico es subjetivamente bello ya que presenta impresiones individuales, siendo el artista un medio de interpretación sicológico…apuntando a la expresión de la individualidad. El movimiento Romántico antepone la intensidad emocional a la belleza formal” (Everyman Encyclopedia, vol. 11, p. 156). Con estas consideraciones en mente trazaré un recorrido crítico del Pombo traductor de y por las literaturas anglófonas de su predilección y vale mencionar su colaboración con la Casa Appleton de Nueva York, de la cual extrae fuentes valiosas para hacer sus versiones libres (más que traducciones literales) de fábulas, Nursery Rhymes  o Mother Goose Rhymes (Rimas de la Madre Oca), algunos cuentos y poesía que podemos catalogar como “de viejas y de niños” según el criterio sistemático de Maxime Chevalier, anónimos la mayoría de las veces y creados desde la Edad Media hasta fines del siglo XVIII en Gran Bretaña (Melo)[1]. Adicionalmente, “entre los años 1865 y 66 Pombo colabora con Luis F. Mantilla seleccionando para los “Libros de lectura” de este último, trozos en prosa y verso de autores colombianos. Escribe y adapta al español algunas fábulas y cuentos que publica la casa Appleton de Nueva York como los Cuentos Pintados para Niños (1867) y los Cuentos Morales para Niños Formales (1869), que reciben elogios de la crítica y aumentan la fama del poeta en todos los países de habla española. Después de Byron, el autor de Evangelina (el vate de Maine) es el poeta en lengua inglesa que más decisiva influencia ejerce en la obra poética de Rafael Pombo.

 

 

 

[

Rafael Pombo: entre el Oficio de Traductor Universal y los Impulsos de un Cosmopolitismo Romántico.
 
Por Miguel Ignacio Salazar

 

 

“Igual que en Núñez, y más que José Eusebio Caro, el lirismo de Pombo recibió de temprano las caricias de la musa inglesa, se familiarizó con los grandes bardos de la nación británica y de Norte América, y aceptó aquella modalidad suprema de no colgar vocablos superfluos a la expresión de nuestro sentir.”

Fernando de la Vega, La lírica en Colombia en el siglo XIX, p. 72.

Este vate, cuyos otros nombres anagramáticos fueron Faraelio y Florencio, además personifica a Edda, un curioso nombre de una serie de poemas suyos que fueron celebrados en toda América y en los que asume la voz de una mujer, lejos del cánon de su época, y como una suerte de trasvestismo literario, “encarna el amor romántico”, proveniente de una leyenda islandesa pero que representa las antípodas del hielo de este país, es vocera de la mujer de pasión frenética (B. H. Robledo): “Mi amor/Era mi vida el lóbrego vacío:/era mi corazón la estéril nada;/pero me viste tú, dulce amor mío,/y creóme un universo tu mirada”. Si José Asunción Silva es el poeta del Modernismo por excelencia, Rafael Pombo es uno de los poetas más queridos, emblemáticos y admirables del Romanticismo colombiano. Después de ser persuadido por su amigo Rufino José Cuervo, fue coronado como poeta nacional al final de su vida (20 de agosto de 1905), cuando vivía con su hermana Beatriz y algunos pocos gatos en la pacata y fría Santa Fe de comienzos del XX, tal y como aparece en “Alegoría de la nación”, óleo de Silvano Cuéllar de 1938. O otros poetas románticos fueron José Eusebio Caro y Gregorio Gutiérrez González, quienes, como lo advierte el mismo Pombo, mueren malogrados por asuntos relacionados con la política y la guerra entre federalistas y centralistas, que deriva en los conflictos intestinos bipartidistas entre liberales y conservadores y que tiene como triste consecuencia la Guerra de los Mil Días (1899-1902). Vale resaltar que dicho enfrascamiento prácticamente no ha cesado hasta nuestros días. 

Trataré entonces de responder a cuestionamientos tales como cuál es la ideología, valor estético y estrategias de traducción de Pombo (junto con los matices y texturas de la traducción como obra en sí misma), para de esta manera lograr dilucidar cómo se puede catalogar esta hermosa obra vertida del inglés al español desde una perspectiva estilística tal y como la pregona Verdonk, desde “el estudio del estilo en el lenguaje, es decir el análisis de la expresión lingüística y la descripción de su propósito y su efecto”; que sin duda consolida un imaginario social y lingüístico, sin olvidar que a partir de este mundo literario que recrea, el autor refleja un espíritu de época y evoca un universo arquetípico muy propio. Veamos muy rápidamente cuáles fueron los motivos y génesis de este ejercicio creativo de Pombo (quien traduce también a Shakespeare, Byron, Bryant y a otros tantos portugueses y franceses románticos como Lamartine y Hugo).

Análisis de El Salmo de la Vida en contexto (primera versión en castellano de 1864, el poema "A Psalm of Life" es de 1839)

"Más de una vez se me ha ocurrido el pensamiento de que si el cantor de "Evangelina" fuese español, nuestra métrica no tendría hoy nada que envidiar a la de Virgilio; así como frecuentemente me entristece el considerar qué magnífica lengua poseemos y qué débil e indolentemente la usamos."

 

Carta de Pombo a Longfellow (1868)

 

El hexámetro es la mejor manera de aclimatar el tono épico que habita toda la arquitectura del poema original. “La carta de 1868, a más de iniciar esa larga amistad entre los dos poetas, esboza las teorías de Pombo sobre el hexámetro en castellano…” nos dice Óscar Gerardo Ramos, a propósito de las reflexiones que Pombo intercambia con Longfellow, que es un pretexto perfecto para esbozar su ars traductológica, y en palabras de nuestro vate: “Muchos defectos tiene mi traducción, empezando por no ser literal, y sacrificar al estilo español y al metro adoptado la enérgica concisión del original inglés; pero tal vez el metro interesará al gran poeta que ha tratado de aclimatar el hexámetro en la poesía inglesa, — a pesar de que mis líneas no son hexámetros regulares según la prosodia y métricas latinas —  sino una especie de transacción, algo monótona, entre éstas y las españolas”. Mirémoslo ahora un poco más en detalle.

 

A Psalm of Life/El salmo de la vida

What the Heart of the Young Man Said to the Psalmist.

 

Tell me not, in mournful numbers,  
  Life is but an empty dream! ?  
For the soul is dead that slumbers,  
  And things are not what they seem.    

Life is real!  Life is earnest!  
  And the grave is not its goal;  
Dust thou art, to dust returnest,  
  Was not spoken of the soul.
    

 

No me digas, oh Salmista, en tus melancólicos versos    

"La vida es un sueño, una ilusión".  

Para el alma inmortal no es el vivo, es el muerto el que sueña;    

Las cosas cual parecen no son.  

No! la vida es real! no es un juego, una frívola chanza,    

Ni es la tumba su fin postrimer.   

No fue al alma a quien dijo la palabra de Dios: "tú eres polvo,    

Y tú al polvo tendrás que volver".  

 

La frase del inicio es omitida “What the Heart of the Young Man…”, con la que Longfellow desea introducirnos al ambiente del poema desde un sujeto-emisor: corazón del joven, quien a su vez le habla al salmista-receptor del mensaje. Esta versión castellana quiere imprimirle el aire épico e ideal que tiene el original al abordar este motivo metafísico (del espíritu romántico más puro y emparentado con el sturm und drang): la tumba no es fin “postrimer” y Dios encarna un verbo que guarda una promesa para la humanidad, la eternidad (derrota de la carne transitoria y perecedera); hay alusión al miércoles de ceniza del rito católico antaño y surge algo inquietante: ¡las cosas no son lo que aparentan ser!, develando y anunciando el misterio de la existencia más allá de lo pasajero y fútil.

Not enjoyment, and not sorrow,
  Is our destined end or way;
But to act, that each to-morrow
  Find us farther than to-day. 
Art is long, and Time is fleeting,
  And our hearts, though stout and brave,
Still, like muffled drums, are beating
Funeral marches to the grave.
 

 

Yo no he venido al mundo a llorar, ni a reír he venido,

Que es más digno el destino en que voy:

A trabajar llegamos, a que cada mañana el mañana

Nos encuentre más lejos que hoy.

Es larga la tarea, y es fugaz, velocísimo el tiempo;

Y aunque en eco de orgullo retumba,

Va siempre el corazón como un sordo tambor redoblando

Nuestra fúnebre marcha a la tumba.

 

"Enjoyment" y "sorrow" son traducidos por "reír" y "llorar", suplantados vigorosamente por el arduo Trabajo como ideal de vida. Aquí va surgiendo la intensa inmensidad del poema y lo que quiere contar, discurre como poema épico de gesta, con ritmo y musicalidad propios; recordando al lector cómo el hexámetro es una forma de la prosodia clásica que denota cierta solemnidad pero ante todo quiere connotar una verdad universal, un arquetipo del ser decimonónico volcado sobre la acción, cada ser contiene en sí un enorme potencial físico e intelectual que va en pos de una nueva humanidad inmersa en la nueva Arcadia americanizada: crisol de familias y etnias europeas colonizadoras, que se halla en proceso de consolidarse dentro de una gran nación a base de trabajo, perseverancia, solidaridad y carrera contra el tiempo, sin olvidar que son también herederos de una religión, un precepto enaltecedor en suma del trabajo, así como de valores heroicos del pasado y aspirando a construir su propio y digno destino. 

In the world's broad field of battle,
  In the bivouac of Life,
Be not like dumb, driven cattle!
  Be a hero in the strife! 

Trust no Future, howe'er pleasant!
  Let the dead Past bury its dead!
Act,--act in the living Present!
  Heart within, and God o'erhead! 

 

En este, de batalla ancho campo que te abre la vida,

Magnífico vivac de la tierra,

No seas tú como el mudo vil ganado que a látigo avanza,

Sé un héroe en tu trance de guerra.

 

El pasado murió: deja al muerto enterrar a sus muertos;

No fíes del Porvenir, que él no existe.

Sólo existe el Presente: Obra en él obra ya, no lo pierdas:

Si hay en ti corazón, Dios te asiste.

 

 

Aquí surge la lucha, la guerra contra la adversidad como leitmotiv, un ascenso hacia el éxtasis-clímax del poema: el arribo del héroe de carne y hueso pleno de vida e insuflado de vigor por Dios-guía, en su vértigo laborioso de conquistar algo más allá del oro y la tierra y los bienes materiales; héroe que está pleno de virtud y cuyo paradigma son Sigifredos y Arturos, Rolandos y Cides campeadores, alquimistas de los cantos de gesta europeos, habitantes ya no del lejano éter: más bien de América como una nueva Arcadia y que no se fían del Porvenir, obran en el Presente. El ser humano no es presa de un sino cual jaula o lastre, es el artífice de su propio destino en pleno ejercicio de la Libertad democrática en el concierto de las nuevas naciones americanas.

 

 

Lives of great men all remind us

We can make our lives sublime,

And, departing, leave behind us
  Footprints on the sands of time;

Footprints, that perhaps another,

Sailing o'er life's solemn main,
A forlorn and shipwrecked brother,
  Seeing, shall take heart again. 

 

Las vidas de los grandes nos recuerdan que hacer bien podemos

Insignes nuestras vidas cual ellas,

Y dejar al partir en la arena del tiempo estampadas

En pos de nuestros pies nuestras huellas.

Y más tarde tal vez algún náufrago mísero hermano,

Ya rendido abatiéndose inerte,

Observe por azar esas huellas, y el remo levante

Y el débil corazón sienta fuerte.


Aquí se cumple muy bien lo de que Longfellow “fue apreciado en Colombia y Latinoamérica no por su novedad, sino por sus valores positivos y firmes…no influyó tanto en los modernistas, que bebieron más de Poe y de Whitman, sino en los poetas y traductores más tradicionales y más apegados a la creación de una literatura nacional” (Robledo, p. 271). Frente a la desazón de la derrota sigue alzándose el buen ejemplo de “las vidas de los grandes” (que tiene a bien citar en su primera misiva al poeta estadinense), como opción de redención en el mundo; Pombo le imprime un gran poder expresivo al poema, gracias a la elección de adjetivos como “insigne” e “inerte” y comunica y refuerza la cosmovisión ontológica y filosófica ya esbozada arriba: el ser se debate cual barca a la deriva en un océano de dudas que sólo la mano de Dios y el paradigma de “los grandes” (seres humanos de la historia), puede ayudar a paliar y trascender. Creo que el binomio inmanencia/trascendencia es otro tópico que atraviesa tanto la obra pombiana como la de su maestro del norte y es digno de ser estudiado en otro ensayo.


Let us, then, be up and doing,
  With a heart for any fate;
Still achieving, still pursuing,
  Learn to labor and to wait
.

 

En pié, pués, y al trabajo! – Sobrevenga cualquiera fortuna,

Corazón para todas tengamos.

Principiemos, y sigamos, y al dar fin, nuevamente empecemos,

Que con Trabajo y Fe nos bastamos.

 

Esta última estrofa cierra el canto magistralmente: hay que luchar con denuedo por el mismísimo gozo de la batalla; los fines del Trabajo y la Fe, quizás encierran un ideal de Amor (en este sentido Pombo interpreta muy bien a Longfellow) y además vierte sesuda y sensiblemente del inglés al castellano (el primero siendo ciertamente más lacónico que el segundo), los aspectos formales fundamentales del poema así como su motivo central: el dinamismo y la autodeterminación del ser frente al mundo vencen la predestinación.

Creo que esa labor de joyero trasluce después de este ejercicio, un gran amor del traductor por la lengua-origen, pues lo que leemos en la lengua-destino es muy natural y único. El traductor en su sensibilidad musical, mística y sentido del oficio, promueve un amor universal e interlingüístico (ambos fueron grandes polígrafos y latinistas), en busca de una comunión ideal.

En el ejercicio de transponer de una lengua a otra tanto significaciones así como sus respectivo plano formal de signos, se logra transmitir el motivo original de Longfellow: hablar de un superhombre lúdico que derrota el Mal con Bien y de alguna manera Pombo funde y re-forja quizás, este espíritu abolicionista, progresista y protestante en un catolicismo moderado y místico, fundamentando así la consolidación de la Nación junto con el valor de lo nacional en América (ligado al concepto un tanto equívoco de Civilización vs Barbarie). 

 

Los ideales, mitos y arquetipos extranjeros forjan incipientes estados y repúblicas americanas, lugares incluso maravillosamente heterogéneos (donde se invisibilizan sus minorías étnicas), lugar del sincretismo y la aculturación (o transculturación como la concibe Ángel Rama), gracias a la circulación de obras traducidas desde el Iluminismo o las Luces que llegaron a América, para iniciar un largo camino de mundialización, germen de la globalization como término acuñado en 1945 desde las Naciones Unidas (el caso de Antonio Nariño y su traducción de Los Derechos del Hombre y del Ciudadano es sobresaliente así como infame su martirio). Los imaginarios espirituales europeos como el Sagrado Corazón o al Divino Niño Jesús de Praga y otros de índole legislativo (código napoleónico) y de ordenamiento territorial así como la influencia de la causa independentista estadounidense (1775) allende sus fronteras, hacen parte de ese patchwork de imaginarios mundiales presentes en las Américas, presentes incluso con más vigor al día de hoy, desbordado gracias al ciberespacio.

Rafael Pombo, gran poeta nacional y ser de inmensa capacidad intelectual y sensibilidad espiritual, encarna el ideal cosmopolita romántico, como secretario perpetuo de la Academia Colombiana de la Lengua, creyó que más allá del corpus de una lengua, en el ejercicio libre de la traducción literaria y específicamente en este "Salmo de la Vida", da a conocer a los hablantes del castellano, toda la belleza del numen del idioma de Shakespeare.

 

 

 

 

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